La calidad creativa de este disco se hace más notable cuando lo ubicamos en el momento de la carrera del grupo en el que fue grabado y publicado. Las tensiones entre los miembros del grupo habían aumentado y el comportamiento de su líder, Jim Morrison, se había vuelto cada vez más errático. Gracias a los actualmente bien documentados litros de alcohol, droga y arrestos sufridos, ahora podemos entender a quienes en ese momento pensaron que el grupo había perdido toda su fuerza.
Paradójicamente todo lo anterior hace que el disco sea más notable. La directa y madura actuación vocal de Morrison es tan buena como cualquier otra del grupo y la contribución del vocalista recibió un patetismo añadido cuando murió en París un mes después de la presentación del disco, a los 27 años de edad.
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