lunes, 11 de abril de 2011

¿CALIDAD O PUNCHIS-PUNCHIS?

 Por el Dr. Pink Freud
Si usted pertenece a alguna generación anterior a los MP3 o a las bocinitas para computadora y le gusta la música, probablemente invirtió miles de pesos en un súper equipo de sonido, que tendrá meses (o quizá años)  de que rara vez lo ha encendido o está polvoso y olvidado en un rincón que antes era uno de los sitios más apreciados de su hogar.
Todo melómano que se respetara tenía que tener un estéreo de mediana a extraordinaria calidad. Había desde los que lo adquirían todo integrado (por falta de recursos o por falta de conocimiento) hasta los cibarítas auditivos que hacían una selección técnica de cada uno de los elementos --ampli, ecualizador, bafles, subwoofer, etc.-- sin importar el precio, pero si la marca. Ya los que eran verdaderamente clavados de estos asuntos, hasta mezcladora tenían e iban de los cds a los discos de vinyl sin ningún problema... lo importante era saber cuál era la canción correcta a elegir para no perder el compás.
Esto que suena casi a prehistoria y que cualquier veinteañero puede poner cara de "de qué me estás hablando" fue una realidad que marcaba muchas diferencias de estatus, hasta hace no tanto tiempo.
A mi consultorio han llegado traumatizados y policontundidos pacientes a quejarse de dolencias provocadas por los avances tecnológicos, lamentando las fortunas que han invertido en sus equipos de sonido para darse cuenta que una canción comprimida para MP3 suena pobre y sin chiste. Muchos de ellos han pasado por alto el hecho que hayan desaparecido las cintas beta, las vhs, los lasserdisc y hasta el dvd (que ahora está siendo desplazado por el blu-ray) pues ante tanto cambio, la música sólo ha tenido que soportar el cambio del acetato, por el cd y la desaparición del cassette.
La migración que tuvieron que realizar de sistemas análogos a digitales ha sido un fuerte golpe para sus conciencias y para sus bolsillos. El entender que sus enormes bafles han sido reemplazados por insignificantes bocinas conectadas a su computadora o que basta con conectar un Ipod a una bocina que no lo parece, ha sido un proceso complicadísimo para el cual he tenido que extender recetas con tranquilizantes.
Los desiveles a los que les gusatba escuchar su música favorita ha cambiado porque las nuevas tecnologías no resisten un volumen demasiado alto porque distorcionan terriblemente y eso sólo lo entiende quien tiene un oído acostumbrado a lo bueno y no sólo a lo que llaman punchis.punchis.

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